martes, 14 de enero de 2014

Ese fósil viviente...


Ficha de Cormorán Grande (Phalacrocorax carbo)

El ave del que os hablaba en el post anterior, que asustó a Kira, se trata de un ave marina de gran tamaño: El Cormorán grande. Su plumaje es negro, con un cuello más bien largo que al volar encogen un poco recordando a las eses de una serpiente. El pico es largo de un color grisáceo con un gancho al final y la región gular (lo que diríamos que es la papada en los humanos) es de un color amarillo. La garganta y las mejillas son blancas.
Cuando se encuentran en época de reproducción, es decir, emparejándose, haciendo el nido, incubando… el plumaje nupcial (por lo de la boda…) se aclara en la cabeza y los lados, apareciendo plumas blancas.

Las hembras y machos adultos de esta especie no presentan una diferencia de color de plumaje tan sólo un poco en el tamaño. Los juveniles en cambio, presentan otro color o tonalidad en sus plumas siendo marrones y mezclándose con plumas blancas en el torso, pecho y laterales del cuerpo.

Se considera un ave invernante, que viene a pasar el invierno al calor de la Península Ibérica donde encuentran más alimento que en sus países de origen. Suelen venir entre septiembre-octubre y se quedan hasta marzo o mayo. Esto depende de la climatología que haya cada año.

Aunque a simple vista son muy similares, existen dos subespecies que invernan en la Península Ibérica:
Phalacrocorax carbo carbo, proceden en su mayoría de Irlanda y Gales y en menor proporción de Escocia, Inglaterra y las Islas del Canal. Esta subespecie prefiere las zonas costeras de Galicia, Asturias y Cantabria aunque también en parte en el País Vasco y el litoral portugués prefiriendo menos la costa mediterránea.

Phalacrocorax carbo sinensis, llegan principalmente desde Holanda, Dinamarca y algunos países del Este. En la Península Ibérica se distribuyen por zonas interiores, más continentales, aunque también por zonas costeras como la anterior.

La diferenciación en campo se hace complicada, puesto que aunque la subespecie sinensis es de menor tamaño que carbo, ya sabemos que la comparación de tamaños a simple vista puede ser muy relativa. También lo es el color del plumaje, que en el caso de subsp carbo tiene unos tonos más oscuros y subsp sinensis más claros con más manchas blancas alrededor de la cabeza puede confundirse en la época reproductora.
En Inglaterra, dónde cuentan con grandes estudiosos apasionados de la ornitología han descubierto la manera concreta de diferenciarlos; midiendo el ángulo de la región gular tal y como veis a la izquierda.


Así que el que tenga paciencia, buen ojo y un trasportador en el campo que haga la prueba.
Su alimentación básicamente es de peces, llegando a zambullirse varios metros para capturarlos. Puede comer hasta 500 gramos al día, lo que le ha valido mala fama entre los humanos por considerarlo competencia.
Hasta hace unos años las poblaciones en toda Europa habían disminuido considerablemente, fue a partir del los años 80 cuando los cormoranes comenzaron a ser protegidas por ley, con la transposición de los países del Convenio de Berna relativo a la conservación de la flora y de la fauna silvestres, concretamente aquellas especies y de los hábitat cuya conservación requiera la cooperación de varios Estados y en especial especies amenazadas de extinción y vulnerables, incluyendo las migratorias. Es aquí donde se incluyó al mal llamado “bicho malo”, el Cormorán grande, que hasta esos años era cazado indiscriminadamente en varios países durante la invernada impidiendo que regresaran a sus países de origen y por tanto sin dejar descendencia que asegurara el número de la especie.

Aunque hay quien se olvida de ello y decide tirarle durante la época de caza como si de un pato más se tratara.

En los últimos años se han observado parejas reproductoras en embalses de interior de la Península Ibérica, en zonas húmedas de Ciudad Real y Extremadura, en las que la ley autonómica los considera “De especial interés”, donde construyen sus nidos en copas de los árboles o roquedos interiores aislados lejos de sus posibles depredadores.



domingo, 12 de enero de 2014

Cuando una puerta se cierra... mil ventanas se abren

Dice el refrán que cuando una puerta se cierra se abre una ventana, en mi caso podríamos decir que son miles.
Kira junto al puerto de Colindres

A veces nos obcecamos tanto en aquello que tenemos delante que nos impide mirar alrededor y ver la multitud de oportunidades y caminos que podemos seguir. Os aconsejo, mirar siempre hacia delante y dar vueltas sobre uno mismo para observar con perspectiva y elegir nuestra senda.
El año 2013 acabó con un poco de tristeza e incertidumbre, sin embargo Kira continuaba paseando segura. El conocer Colindres hacía que su ritmo fuera constante como quien pasea por su jardín cada mañana.
Al llegar al puerto me sorprendió un gran barco (para mí casi todos son grandes... el más cercano que vi en Salamanca era uno anclado al río Tormes...).
La estampa puramente industrial del puerto con sus barcos, sus naves de reparación contrató pronto con un paisaje sereno, en el que la avifauna del parque natural de las marismas de Santoña, Victoria y Joyel, se alimentaba con calma en la ría. Demostrando que el equilibrio entre hombre y naturaleza es más sencillo de lo que muchas veces tratamos de imponer.

Vista del monte Buciero (Santoña) desde Colindres

El espigón de Colindres parece dividir dos mundos completamente diferentes, como el paso a una nueva dimensión de naturaleza perfecta de la ría y sin embargo a un solo paso.
Ría del Asón desde el espigón de Colindres

Kira avanza a buen paso para colocarse justo delante de la cámara de TVE que en ese mismo instante grababa una entrevista a Oscar Negrete.
¡Que afán de protagonismo tiene esta perra!

lunes, 6 de enero de 2014

Diccionario cántabro para charros inmigrantes

Después de unas merecidas vacaciones, Kira comienza de nuevo sus paseos por Cantabria junto a una salmantina de nacimiento.
Esta charra ha tenido que aprender que aquí...
Las cosas no se dejan "se posan".
La gente no te da la brasa ni la chapa, te da la "trisca".
Las calles no tienen una cuesta inclinada son "pindias".
Para saludar no dices ¡Qué pasa chaval!, se dice "¡Qué pasa lin!"
Las cosas no crujen o están crujientes, "triscan".
Aquí no piensan que hubiera podido pasar si no que "habría podido pasar". Todo tiene mayor probabilidad de pasar... sobre todo la lluvia.
Paisaje en día de lluvia en el Parque Natural Saja-Besaya

Estos prados verdes no surgen de manera gratuita en primavera, son la consecuencia del riego continuo de las nubes que se ciernen sobre nosotros durante buena parte del año.

El tímido sol, al entremezclar unos frágiles rayos entre ellas, nos dibuja una amplia paleta de colores anaranjados y rosas que se disuelven en el horizonte de la mar inmensa para competir en belleza con caprichosas calas que evocan a la locura de quienes quieren surcar sus olas.
Playa de los locos (Suances)